Porque acostumbro
a dirigirme a las miradas
y los poemas
y nunca a la esencia del ser,
te vuelvo a mirar
y escribir
como aquella última vez
en que estaba en un rincón
divagando acerca
de lo que sucedía
en un salón de clases
Te miro, me
miras, nos
esquivamos
Rompo el hielo,
desgarro la hoja,
las haches suenan fuerte
y yo te miro
desde este rincón ambulante
e iluminado,
mas construiría
un castillo de polvo y agua
para alimentar tu belleza inaudita
entre abrazos, besos y más miradas
Dios ya no es
el único que sueña y crea
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